martes, 10 de noviembre de 2009

We've a break

En las fotos se ve una paradisiaca playa con la arena blanca, agua transparente, palmeras que llegan hasta la orilla, tías buenísimas en biquini nadando, jugando con una pelotita y tomándose un aparatosa bebida con una pajita tumbadas en la playa y como creemos que el coger un poco de distancia del día a día esta ciudad y de este voluntariado les vendrá bien a los calcuteños para descansar de nosotros allá que nos vamos.
Pero queremos intentar agobiar más si cabe a los indios con nuestra presencia y comportamiento, así que mañana Inés con la guitarra acústica que se ha comprado, servidor con la cutre flauta que saca sonidos de saxo y clarinete que compré por poco mas de un euro y Jordi con mi gorra azul de kukusumusu que le dejo para pedir dinero, nos vamos a tocarles las narices a los indios de estas playas con nuestra música, pidiéndoles incesantemente dinero por tocar para ellos, molestándoles comiendo con cuchara y tenedor y como con la mano como ellos, irritándolos cuando alquilemos una moto con sidecar para recorrer la isla y no tocando incesantemente el pito y quizás los rematemos cuando utilicemos papel higiénico y tiremos agua al baño después de utilizarlo.
Y si no conseguimos estresar (se escribe así?) a los indios, seguro retomaremos fuerzas con un libro, una libreta para escribir jilipolleces como las que estáis leyendo, la música que tanto ayuda, la buena compañía de estos bandarras, las playas, las cabañas al lado de la playa, el taparrabos de bañador que me he comprado por 35 rupias (0,50 cts de euro), etc.
Cuando hace dos semanas nos fuímos a Darjeeling (maravilla de sitio entre Nepal, Bhutan y China en las estribaciones del Himalaya) echábamos de menos Calcuta y nuestro trabajo de voluntarios. Puede que el lugar físico de la felicidad no está en lo que las agencias de viajes dicen es el paraíso.

Aunque nos vamos poco tiempo me he despedido de mis entrañables residentes de Prem Dam que son capaces de entender que mañana no iré, me decían que quien los iba a afeitar, a ayudarlas a darles sus paseos, a bañarlos, etc. Obelit me ha hecho una bonita pulsera de hilo blanca y negra, 'disco dancer' me ha cantado y bailado en indio, Binoy me ha abrazado y se le han humedecido lo ojos......he ido a buscar a Rama a la "small room" (habitación de 7 camas donde están los más jodidos) y un worker (trabajadores contratados) me ha señalado el último cadáver amortajado. He abierto la sábana de la mortaja para verle y acariciarle la cara tan calavérica por última vez.

En Daya Dan no hay ningún niño con la cabeza bien como para entender que no iré al día siguiente.

7 comentarios:

  1. Me cuesta entender lo que dices ó quizá lo que quieres decir. En cualquier caso estoy seguro q ese descanso os va a venir bien.
    Un beso fuerte y sigue escribiendo

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  2. Me cuesta verte tocando la flauta, si por lo menos fuera la guitarra...jeje. De verdad, muy impactante lo que estas viviendo, no todos seríamos capaces. Disfruta del descanso.
    Un abrazo.

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  3. Mil besos para tí , Alex. Te lo mereces.

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  4. Los descansos sirven para verlo todo en perspectiva, para tomar fuerzas y continuar...son como el descansillo de una escalera.
    Alex, a través de ti, los que estamos lejos logramos vivir lo que tú estás viviendo. Y nos alegramos contigo, y contigo pasamos calor, angustias y fatigas. Esto es la "comun-unión", la aténtica, la de verdad.
    Todo el cariño, la fuerza y el amor para ti y los niños y ancianos con los que vives, tu y nosotros.
    Pilar Talavera

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  5. Te leo y me saltan las lagrimas.
    Animo para seguir adelante.

    Salud y montaña.
    Paco M.

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  6. No has escrito nada desde el día 10 ¿Te encuentras bien? Un beso

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  7. Hola amigo Alex. Estas convertido en un cronista, además de voluntario, y nos tienes enganchados a este hilo de vida que nos transmites desde tu centro en Prem Dam. La realidad que cuentas es abrumadora. No quiero decirte las impresiones que causas en nosotros, en mi. Sentimientos encontrados, rabia, alegría, ganas de quemar el mundo y hacer uno desde cero, uno mejor. Me alegro que puedas con ello, yo no se si podría o es posible que las fuerzas nazcan con la necesidad, no se. Es una prueba que veo que estás superando cada día. Ya te queda menos para el regreso. También te será difícil, difícil volver y también partir. Te envío unas cuantas cosas: un poquito de energía, la brisa del mar, el jugo de mandarina de la terreta y mi cariño para esas personas que cuidas, aseas, afeitas y curas por dentro y por fuera, y que tanto te dan. Un beso Emma.

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