sábado, 31 de octubre de 2009

Camino de Mother's House


Cuando alrededor de las 5:30 empieza a amanecer, Calcuta ya hierve de gente yendo arriba y abajo. Todos los días a estas horas, desde los hoteles de Sudder Street hasta Mother's House vamos caminando casi todos los voluntarios para desayunar juntos en la casa central de la Madre Teresa. Pese a que vamos siempre por el mismo sitio es este un camino que no tiene nada de monótono.
Ver el sol despuntar por el minarete del suburbio musulmán, oír la llamada del almuecín a la oración (supongo que llamará a la oración), las vacas y cabras recostadas en medio de la calle, el intenso olor de la ciudad, las bocinas de los coches y motos, los cascabeles de los rickshaw que los hacen sonar cuando pasamos por consiguen un cliente, las familias enteras durmiendo en la calle, las mujeres con burka, los comerciantes de verduras que te sonríen, los niños que te llaman uncle y piden dinero, los taxistas lavando sus coches, los malolientes urinarios públicos, la adrenalina que significa el cruzar la calle sin semáforos, ver a los hombres agrupados junto a una fuente de unos 40 cm. de alto y sólo con un pequeño taparrabos, enjabonarse concienzudamente hasta el último rincón de su cuerpo, los insalubres puesto de venta de carne, los millares de cuervos, las paredes enmohecidas de casi todos los edificios, la alegría de los voluntarios, los mendigos abonados a un mismo rincón que siempre estiran la mano al verte, la cara de lujuria de algunos indios al paso de las voluntarias, los vendedores de periódicos, los barrenderos, los niños acarreando carbón para los puestos callejeros de comida, los siempre presentes moribundos, el desdén de los policías al vernos pasar, el sonriente vendedor de flautas, los limpiadores de pescado, la sonrisa de algunas sisters cuando llegamos............

Ya en Mother's House en el desayuno diario de té con leche, plátanos y pan los voluntarios nos contamos como nos va en nuestros destinos, como paseamos nuestras sensacionales diarreas por los habitualmente nauseabundos aseos indios, cuando nos vamos, como nos sentimos, que viajes turísticos hacemos, como echamos de menos a algunas personas, como nos alegramos de haber venido hasta aquí...............

Nada rutinario aunque pueda parecer otra cosa.

1 comentario:

  1. Alex
    Tienes el don de emocionarme con lo que escribes.
    Lo que estás viviendo es tan fuerte...que va directo al corazón. Y tienes razón, cada día es una aventura nueva. Rutinaria es nuestra vida aquí.
    Estás tratando allí con seres humanos que, al no tener nada material, tienen el corazón en la piel, y tu cariño y la sonrisa les da la vida.
    Te admiro. Eres un gran hombre. Y un valiente.
    Besos y amor para que tengas para repartir. Tu puedes transmitir lo que desde aquí te enviamos.

    ResponderEliminar