viernes, 18 de diciembre de 2009

Y colorin colorado......




Este cuento se ha acabado, algo más de dos meses de voluntariado en Calcuta y ya ando buscando otros proyectos. Uno ya ha llegado a Valencia y se ha reencontrado con el jamón, la paella, el pulpo y el vino tinto lo que dicho sin ánimo de ofender es como algo sagrado. Son esas pequeñas cosas que parecen sin importancia cuando las tenemos aquí pero que allí, junto a algunas que otras personas, se echan de menos. Aún cuando cruzo la calle miro hacia el lado derecho en vez del izquierdo, digo "I´m sorry" en vez de "perdón" y en el bar "Can I have the bill, please" y no "La cuenta por favor", voy al baño con mis pañuelos de papel pensando que en los baños indios te limpias con agua y con al mano izquierda (mejor no tocar la mano izquierda de los indios) y me extraño de no ver tanta gente, que está no duerma por la calle y que las calles sean tan silenciosas. A todo te acostumbras pero aún estoy como algo desubicado y total he estado fuera algo mas de dos meses.

Lo peor es lo que echo de menos a los pacientes de Prem Dam y Daya Dan que en todo este tiempo he cuidado, lavado, acompañado, alimentado y escuchado y a los voluntarios, se te mete en el alma toda esta gente y me gustaría el poder teletransportarme y estar allí con ellos dos meses más. Y también el tiempo de relax que viviamos al acabar el trabajo por Sudder Street, las cervezas en la terraza del hotel Lindsay con su vista a Kolkata, la "taberna vasca", el tirupati, el jojos, el resturante Sij, la estación de Howrah, los slums, el Hotel Galaxy, el mercado de las flores.....
Cuanto mas lo pienso mas me alegro de haber vivido esta experiencia y creo que mucha gente debería ir a vivir experiencias como estas o similares. Hay un antes y un después.

He empezado a volver a ver a amigos, a los que habéis leído las jilipolleces de este blog, me ha habéis enviado mensajes de cariño y apoyo y habéis hecho que no me sienta lejos y solo y de verdad que os lo agradezco, me ha ayudado mucho el leer vuestros correos y mensajes.

Y ahora a ver hacia donde vamos. Que ganas de subir más "montañas" no me faltan.

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martes, 8 de diciembre de 2009

Lástima que terminó el festival de hoy.....


Habrá quien se acuerde de esa canción que cantaban cuando se acababan unos dibujos animados de hace algunos años (Laaassssstiiiiiiimmaaaaaaaa queeeeeee terrrrmiiiinooooooooo ellll festivaaaaalllll de hoyyyyyyy, prontooooo volveremossss con mas diveeersionnnn) ¿os acordáis algunos?. Esa canción me cantaba esta mañana camino de a Mother's house mientras amanecia. Llegó el momento de las despedidas y que poco me gustan, prefiero no hacer mucho ruido. Después de mas de dos meses desde que salí de casa llego el momento de dar por acabada la experiencia. Hoy me he despedido en Mother's house. Abrazos de voluntarios con alguna que otra lágrima, también de mis clientes de la barbería/discotéca, workers y sisters de Prem Dam, los niños de Daya Dan, en fin....esto de despedirse es una mierda. Volviendo hacía el hotel he tenido que sentarme en medio de la calle y llorar un rato que si no reventaba.

Mañana estaré por Calcuta haciendo el tonto, hace un momento le escribía a una amiga diciéndole que he estado hasta demasiado acompañado, así que seguramente me vaya a un parque me tumbe en el césped a escuchar música, leer y quizás escribir un poco, darle unas cuantas vueltas a la cabeza, tocarme los huevos.....en fin, saborear el último día en esta ciudad que se te mete en la piel con todo lo bueno y malo que tiene. Por la noche una pequeña celebración, el martes a Londres y el miércoles a Valencia.

Escuchaba una canción de Lluis Llach, creo basada en un famoso poema, que dice algo así como que lo importante no es llegar a una meta sino disfrutar en el camino hacia ella, que incluso es mejor no llegar o siempre estar buscando (Viatge a Itaca). Y ahora a ver que será lo siguiente. Me han escrito un correo para que vaya de voluntario a Etiopía después de Navidad, ¿atrayente no? ¿alguien será tan valiente como para leerse otro blog de las jilipolleces que digo? Al sitio donde me ofrecen ir no hay luz así que nada de blog con historias conmovedoras y neuras varias.

Y lo mejor de estas vivencias son la gente que conoces, la actitud y el corazón de quienes vienen a sitios como este es muy especial y solo por conocerlo y vivirlo vale la pena venir. El olvidarse de uno y entregarse a ayudar a los demás es toda una terapia emocional por la que se recibe mucho mas de lo que se da y, creerme, es mano de santo.

viernes, 4 de diciembre de 2009

Bodhgaya y Varanasi


Bodhgaya es el pueblo donde Buda, debajo un árbol, consiguió la iluminación que según me han explicado es como tener una paz y felicidad de forma permanente, esa sensación que muy pocas veces, yo al menos, he tenido en la vida. Es un pueblo pequeño lleno de peregrinos budistas, casi todos asiáticos y con diferentes hábitos cada uno que hace de este sea un sitio de un colorido espectacular de monjes con la cabeza rapada que te sonríen claramente, miran con alegría y juntan sus manos e inclinan la cabeza al cruzarse contigo. Hay unos cuantos templos budistas pero el mas importante está junto a el árbol en que Buda se iluminó, este árbol es el undécimo esqueje de aquel árbol original y cuando te acercas al él hay como una extraña sensación de bienestar. Había notado algo similar en una pequeña iglesia en el Camino de Santiago y otra de Valencia y no se definir con exactitud esa sensación. Se podrá pensar que he bebido mucho o que la India y el voluntariado me están afectando pero no. Yo noto algo y aunque no me he planteado el abrir una consulta astrológica para leer el futuro si que esa energía positiva, buen rollo o lo que haya allí me movieron algo en el cuerpo.
Con esa sensación me senté junto al árbol con un grupo de monjes camboyanos y mientras a Olga y Lucía otros monjes les explicaban las maravillas que tiene el budismo por la que hay que ir paso a paso en la vida sin preocuparse por el futuro, a mi, que había pasado una fascinante noche en las literas compartidas de un tren indio junto a una manada de nativos de todos los colores, seguramente me dio algún rayo de iluminación de los que caen por el lugar y me dormí plácidamente junto al árbol de marras mientras a mi alrededor todo eran monjes de naranja y rojo que susurraban algo mientras movían las bolas de un rosario budista.
Conocía Varanasi con el nombre de Benares y era de las imágenes que mas conocía de la India, los crematorios sobre el Ganges, la gente bañándose en el río al que se baja por unas inmensas escalinatas. Es ciudad sagrada para los hindúes y muchos vienen a morir aquí. Aquí también hay algo particular que hace que guarde lo mejor y lo peor de la India. Los niños pidiendo y vendiendo junto a muchos leprosos, lectores de manos, paseos en barca, un tráfico infernal, mas vacas que en ningún lado y rodeado de santones, moribundos que esperan la muerte, lloros y cantos de familiares de los difuntos mientras socarran a su pariente o amigo, buscavidas, grupos practicando yoga, muchos mas turistas que en Calcuta y demasiados perros callejeros se siente que no se conoce la India se no se está en Varanasi. Te levantas a las 5 de la madrugada para pasear en barca por el Ganges y a la salida del sol hay una bruma muy especial que lo envuelve todo, las barcas parecen flotando en la bruma, el río apenas se mueve, sólo se ve con un color vivo las velas que los familiares de los difuntos lanzan para que floten por el río, solo oyes el golpe del remo en el agua y hay una magia especial en un amanecer así.
Luego paseas por los Gaths donde llevan a los difuntos envueltos en mortajas por las que se ve la cara, los mojan en el río, los familiares se rapan el pelo, no acuden las mujeres y en hogueras de 300 kilos de madera, poco a poco queman el cuerpo mientras un señor se encarga de recoger e ir metiendo en los trozos de piernas o cuerpo que se sale de la hoguera. Luego las cenizas al río. Todo un espectáculo como viven la muerte estos indios. A mi no me importaría que me quemaran así.

Eso si, te paras 10 minutos a ver una socarrada humana y en lo que debería ser un sobrecogedor y entrañable momento, se acercan a los occidentales que veían el espectáculo, dos vendedores de postales, niños vendiendo botes de pintura, uno que quería que comiéramos en su restaurante y para finalizar uno de los familiares rapados del que están quemando se acerca a nosotros a ver si vamos a comprar sarees de seda en su tienda. Es que son la hostia.

martes, 1 de diciembre de 2009

Hospitales públicos



Había que llevar a uno de los internos de Prem Dam al hospital para que con unas radiografías, análisis de sangre y un electrocardiograma, un médico estudiara la posibilidad de operar su maltrecha pierna e intentar que volviera a caminar sin cojear. Yo que iba hoy a mi trabajo matutino pensando en una selección de temas musicales para que, como decía ayer, deleitar a mi clientela de la barbería con una variopinta música y sobre todo a dos que están a punto de palmarla dejarlos afeitados, con los pelos de la nariz y orejas bien cortados y habiendo escuchado una selección de música que pacifica su espíritu y que va desde cantos gregorianos, a bossa nova y Billie Holiday para que cuando les llegue la reencarnación en la que tanto creen, les pille preparados, duchados, afeitados y bien pelados pese a que esto se lo hace un menda que les dice cosas en un idioma que no entienden, tiene la piel mas blanca que ellos, les pone en los oídos un aparato que algunos parece no haber visto nunca y escuchar música para ellos incompresible. (tenía que haber fotografiado la cara del mas protestón de todo Perm Dam cuando cambie de una dulce melodía de saxo de Stan Getz a los Sex Pistols).

Así que nada de jilipolleces con la música y esta vez con Aude, una encantadora voluntaria francesa de Burdeos, hemos cogido a este indio de nombre complicadísimo y rosto impasible que parece Buster Keaton en indio y que tampoco entenderá como dos occidentales se preocupan de que se le opere para que vuelva a andar y pueda tener mas posibilidades en su vida y lo hemos llevado a un hospital público donde he vivido una mañana espeluznante. Dios mío que horror de sitio. Empezando por los servicios mas guarros de toda India (que ya es decir) llenos de vendas ensangrentadas y lavabos atascados que rezumaban ya imagináis que, muchedumbres haciendo colas para ser atendidos, gritos, lloros, empujones, ambulancia descargando a gente agonizando, pasillos llenos de enfermos en camilla en el suelo con cadáveres al lado y ratas cruzando por delante de todos nosotros, un ruido infernal, una cantidad de suciedad difícil de describir, todo abandonado, sin higiene, decrépito, en fin....Después de cerca dos horas (dos horas de verdad) dando vueltas por el centro para encontrar donde estaba el médico que al teníamos que convencer para que operara de forma gratuita, este nos ha atendido en un cochambroso y estrecho cuarto con otro médico enfrente de él que atendía a un matrimonio que estaban hombro con conmigo y que la señora india sentada en su taburete tenía que enseñar a su médico y prácticamente a todos nosotros su impresionante herida que iba desde la rodilla a medio muslo. Creo que me costará quejarme en un futuro de la sanidad pública española......Bueno, operará a nuestro B.K. y dice que tiene muchas posibilidades de volver a andar sin cojera, será con anestesia general y tres noches de hospital, sólo hay que pagar los medicamentos de la operación que son unas 1200 rupias (algo más de 17 Euros).
Si me reencarno quiero ser médico en un hospital como este.

Al salir hemos a comprar medicamentos para paliar el azúcar alto que tenia nuestro Buster Keaton y Aude y yo nos reíamos de lo mal que nos ha sabido que en farmacia al lado del hospital hubiera un cartel que decía que ellos no regateaban en el precio de los medicamentos. Te metes en la vida india y te viene alguien con costumbres occidentales y te jode la mañana

Y esta noche con dos voluntarias Olga y Lucía a Varanasi y Nepal.